"El régimen más falaz y descreído de que haya mención en los anales de las naciones".
"Todos son iguales, gobiernos y grupos politiqueros compuestos de elementos desechados de las camaraderías predominantes y espiando el momento de volver a su seno"
"Son todo y no son nada, porque en presencia de la enormidad del agravio, sus responsabilidades son un sarcasmo, sus protestas de regeneración una blasfemia y el progreso de que blasonan una iniquidad".
"El predominio de esa política egoísta y utilitaria, que mantiene clausurado el camino de las actuaciones dignas, ha esterilizado las mejores fuerzas del carácter y de la inteligencia argentina"
·¿Bajo que contexto aparece la figura de Yrigoyen en la vida pública y cuál es la relación con la oligarquía?
La oligarquía argentina, se había afianzado en el poder a partir de 1880, con lo que se llamo la “Generación del 80”. Dicha clase dirigente, dirigida por Julio A. Roca, estaba conformada por un sector muy adinerado, que había amasado su fortuna gracias a las rentas de sus inmensas porciones de tierra. Gracias a una falsa democracia que ignoraba los valores republicanos y a la propia Constitución la oligarquía terrateniente se había afianzado en el poder. El voto cantado, era el arma más eficaz, que sostenía una maquinaria implacable lo suficientemente impune como para forjar un sistema que había logrado convertirse en la sexta economía mundial mientras el gran porcentaje de los argentinos (¡un vasto porcentaje!) estaba sumido en las peores de las miserias.
Fue aquí, en este marco, en el que Hipólito Yrigoyen aparecería en la vida pública. Al principio, sólo como un simple profesor de educación media sobrino de una persona muy famosa y querida, una persona que comenzaba a hablar de algo ajeno a la política de ese entonces, un loco que creía en la “causa de los desposeídos”; Leandro N. Alem. Obviamente creían en un acercamiento de la política a los barrios, una protección a los más humildes, una ética política y a su vez una política que permitiera la verdadera liberación nacional y la reivindicación de los valores de la Revolución de Mayo. Todo esto debía ser logrado con el voto popular, la gente, de una vez por todas, para lograr la verdadera construcción nacional
·La construcción de una vía popular contra la oligarquía mediante la lucha armada y la abstención electoral.
Hablar de la relación de Yrigoyen con la oligarquía, es un poco una forma de hablar del nacimiento de la Unión Cívica Radical, porque la aparición en la vida pública del caudillo es una cuestión indivisible del surgimiento del partido.
Se uniría con su tío a la Unión Cívica, que con la convicción de sacar el sistema oligárquico se armaría y haría la Revolución del Parque. Sin embargo la empresa se vería frustrada y se vería la división entre el sector mitrista, que sólo consideraba la posibilidad de un cambio de nombres, y el sector alemnista que creía que el problema había que extirparlo desde la raíz, por lo que decidieron llamarse “Unión Cívica Radical”, mientras que los otros “Unión Cívica Nacional”. La figura de don Hipólito crecería y paulatinamente dejaría de ser sólo “el sobrino de Alem”. Su fama era tal, que con la muerte de su tío él fue el encargado de reorganizar el partido y seguir aplicando la lucha armada y el abstencionismo. Con su lucha, que no sería simple, sino que bastante tortuosa y extendida (desde la fecha de la revolución del parque 1890, hasta conseguir la ley de Voto Secreto y su llegada a la presidencia en 1916) lograría el triunfo de “la causa”. Así fue cómo denominó a todos los que creían en el radicalismo “la causa”, planteándola como la alternativa “al régimen”, cómo llamaba a la oligarquía.
A esta altura podemos vislumbrar cuál era la relación de Yrigoyen con la Oligarquía. En el sueño y en la convicción de una patria grande libre y soberana, los radicales, la causa, el yrigoyenismo, creía en la lucha popular y sabía que la oligarquía era una demostración de bajeza moral, de insensibilidad. Quizás la frase en dónde más podemos ver ésta relación, y el rencor que le guardaba el lider radical a la clase aristocrática y terrateniente es una que subí en la primera etapa, esa que nombra a la oligarquía como “El régimen más falaz y descreído de que haya mención en los anales de las naciones”.
martes, 2 de septiembre de 2008
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